Si estás planteándote volver a tomarte en serio tu rutina de cara, y estás dando vueltas a comprarte nuevos productos porque los estás viendo en rrss, para y lee antes estos tips que te damos que tu piel seguro que te agradecerá sin tener que gastar. A veces, los mayores cambios vienen de pequeños ajustes.
Prueba esto:
1º Lavar tus brochas
Todas conocemos a alguien que lleva mil años con la misma brocha llena de maquillaje suelta en un neceser sucio, y si no la tienes, es que eres tú. Tomate esto como una señal para lavar tus brochas y pensar en la suciedad que acumulan y que cada día te estás pasando por la piel.
Por suerte, tenemos un artículo sobre cómo lavar las brochas paso a paso, haz click para leer:
Cómo lavar tus brochas paso a paso
2º Dedicar más tiempo a la limpieza
Los limpiadores necesitan un tiempo para poder hacer su efecto en tu piel, y 10 segundos no son suficientes. Dedica 1 minuto a cada paso de limpieza aprovechando para masajear bien la piel, y asegurándote de que estás llegando a todas las zonas y no quedándote todo el rato en el mismo sitio. (Tip: Hay quienes usan la canción del Principe de Bel-Air para medir ese minuto…)
3º Adelanta el momento skincare
Sabemos que llegas agotada al final del día y que hay veces que lo último que quieres hacer es lavarte la cara. Nuestro consejo es que adelantes el momento skincare a antes de la cena o incluso según llegas a casa. Esto reducirá las posibilidades de que el sueño te pueda y te lo saltes, y también te asegurarás de que tenga el tiempo suficiente para absorberse y no desperdiciar la crema dejándola en la almohada.
4º Simplifica tu rutina
Si estás empezando a desesperarte porque no sabes qué producto puede estar provocando imperfecciones o irritación, en vez de tratar de incluir nuevos pasos, eliminar una temporada los extras. Quédate con una rutina básica pero constante, limpiador, crema y protector solar.
5º No mirarte al espejo
Si, si, por muy raro que parezca esto puede marcar una gran diferencia. Observar nuestra piel y conocer sus necesidades es importante, pero puede ser un arma de doble filo. Hay quienes entran al baño con la luz apagada o quienes directamente pasan de largo del espejo para evitar mirarse. El objetivo es dejar de sobre analizar nuestra piel, dejar de observar cada poro y así no acabar en un bucle de tocarte la cara, intentar hacer extracciones y acabar con la cara llena de marcas, heridas o hasta infecciones. Aléjate de los espejos de aumento y dale un respiro.
6º Revisa la alimentación
Piensa en cómo te has estado alimentando recientemente y busca si ha habido algún cambio que pueda haber afectado a tu piel. Nuestra piel es muchas veces el reflejo de lo que pasa en el interior, intolerancias, desequilibrios…
7º Usar una toalla sólo para el rostro y cambiarla constantemente
Las toallas acumulan humedad y eso las hace el entorno perfecto para el crecimiento de bacterias y hongos. Por no hablar de que si utilizamos la misma para nuestro cuerpo, y manos, todo eso va a acabar en nuestra cara. Un truco muy sencillo es comprar toallas pequeñas de la sección de bebés que suelen venderlas en packs, y cambiarla cada día.
KRAMA Toalla pequeña
8º Lavar la funda de la almohada
Si te paras a pensar, pasas alrededor de 8 horas diarias con la cara pegada a la funda de la almohada, dando tiempo más que de sobra a todas las bacterias y suciedad a hacer efecto en tu piel. Restos de crema de otros días, polvo, productos de pelo… Todo se acumula. Cámbiala lo más a menudo que puedas y notarás la diferencia.
Recuerda que lo más importante es la constancia, y que no hace falta gastarse una millonada para tener una rutina que dé resultados.